Leve Retina4:(lever004.asc):16/10/1994 << Back To Leve Retina4

============================================================================ Leve Retina (c) (Revista Literaria de Repercusión Telemática) Año 1 - Número 4. (Noviembre 1994) ============================================================================ Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro "La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al permitirnos utilizarlo para la revista. ============================================================================ Submission adresses: Internet: leve_retina@appeal.uba.ar Fidonet : 4:900/109.99 Para información adicional, lea las últimas páginas de Leve Retina. = INDICE ======================================================== INDICE = Editorial ......................................................2 "De una señora escritora, su mucama y otras yerbas" (por Analia Zygier)................................................3 "Performance de la Estupidez" (por Federico Joselevich)............4 "Dolor con nombre de mujer" (por Federico Joselevich)..............7 "Vestida de blanco" (por Diego Jäger)..............................8 "Bajo Tierra" (por Juan Livingston)................................9 "Mentiras" (por Luz Pearson).......................................11 "Consolación de la Virtud por el camino de la Paciencia" (por Matias Giovannini)............................................12 Golosinas.......................................................17 Espacio de Publicidad...........................................17 Misceláneos Cartas de Lectores ................................................17 Staff .............................................................18 Donde y cómo conseguir Leve Retina ................................18 Legales ...........................................................19 ========================================================================== -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 1 = EDITORIAL ================================================== EDITORIAL = Leve Retina: (del lat. levis retïna) f. Anat. efecto producido en los ojos por la larga exposición a los rayos catódicos de los monitores de las computadoras. 2. Lit. ojo crítico aplicado a la producción literaria. Durante los días 8, 9 y 10 de Octubre, en el Centro Cultural Recoleta, se realizó un congreso internacional intitulado "Hackers, Virus y Computer Underground". Yo tuve el honor de coordinar varias de las mesas de debate que ahí se realizaron. Una de esas mesas, la referida a "Cyberpunk: Movimientos Contraculturales" (que nada tienen que ver con los movimientos contractuales, ni con los contraespaciales), estuvo formada por un par de gente de la que quiero mencionar a dos de ellos: Patrick Riemens, organizador de fiestas de Hackers en Holanda y dedicado a la problemática Cultura-Contracultura y Horacio Moreno, miembro del Staff de la revista Cyberpunk "Neuromante Inc.". Durante sus exposiciones dijeron cosas que marcan bastante lo que fue la totalidad del congreso. Lo que quiero remarcar aquí no es lo que dijeron, si no lo que *no* dijeron: obviaron todo lo que *es* Contracultura dentro de las redes de telemática y no esta explícitamente incerto dentro de la caratula "Cyberpunk". Una revista como ésta, que obvia todos los canales generados por el Stablishment y la corporación editorial, puede ser un ejemplo de algo de contracultura telemática. Algo como una discución acerca de la problemática política de un gobierno como el que tenemos, enmarcada en los ámbitos de una red es otro ejemplo de ello. Es increible como el paralelo de lo 'contra', para quienes dicense poseedores de la voz, es necesariamente aquello que ronda lo destructivo, lo anárquico, lo belicoso. Es increible como el legado tiende a ser que lo que combate tiene que destruir, mas no construir, obstruir mas no permitir que las cosas salgan. El mundo de rosas no existe, pero sí existe el esfuerzo y lo creativo. Las contraposiciones, las Contraculturas (con mayúsculas), que subsisten son aquellas que ofrecen una alternativa viable, plausible. El pensar como única posibilidad en un lugar en donde sólo existan mundos Brazil o Blade Runner, esos mundos apocalipticos de alienación y postergación del hombre, no sirve de nada, no plantea una Contracultura, plantea una paraKultura, una frenaQultura, una noCultura. La Contracultura no es encontrar la eternidad, es encontrar el infinito. Federico Joselevich (4:900/109.0@fidonet.org) (fjoselevich@appeal.uba.ar) --- * Origin: Leve Retina (4:900/109.99) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 2 = CUENTOS ====================================================== CUENTOS = From : Analia Zygier 4:900/109.3 Subj : De una señora escritora, su mucama y otras yerbas. ========================================================================== De una señora que pugna por convencernos de alguna manera que ella es Licenciada en Letras pero que eso no importa a la hora de la hora y que en realidad es la hora de alimentar a sus crios, mientras dirige la revista El Escribidor y se interesa en temas de pornografia y literatura (sic) y, para concluir, hace caso omiso de cualquier tentativa popular para incluirla en algun almuerzo Staffico, nos llega su cuento intitulado: De una señora escritora, su mucama y otras yerbas. ================================================== Estaba trasplantando el ficus cuando la mucama se acercó para avisarle que había un señor al teléfono. - Decile que no estoy - dijo como quien no quiere la cosa, mientras cavaba con la zapita en la tierra del macetero. La voz de Lali, que todavía disfrutaba en el recuerdo no toleraba ninguna interrupción. La chica se paró en seco con el Movicom en la mano, dio media vuelta y enfiló de nuevo para la cocina. - Que no estoy! - alcanzó a oír otra vez Alma por entre el ruido de sus propios pasos. - No tengo tiempo, tengo que terminar la novela para fin de mes y no se como cuernos voy a hacer - La insistencia desde el otro lado del teléfono incomodó a la mucama. No llegó a incomodar a la patrona porque la chica ,siguiendo estrictas órdenes de Celia, cortó sin más miramientos. - Habrase visto! No tiene otra cosa que hacer que molestar- dijo aga- rrando con asco una babosa incrustada en la tierra apelmazada del macetero. -Estos bichos de miércoles ... porquerías ...- Siguió embebida en su trabajo de jardinería por bastante tiempo. Lali había llamado desde París para avisarle que los chicos estaban bien y no había tenido mejor idea que preguntar por la novela. Eso era lo que la había puesto de un humor dudoso y definitivamente poco tolerante. El engendro tachado, remendado de arriba a abajo reposaba hacía séis o siete días en el cajón del escritorio. Estancada, estaba horriblemente estancada en la parte en que la vieja bien está trabajando en el macetero, mientras la sirvienta le trae el teléfono celular. Está cansada de pensar la pertenencia del llamado telefónico ... o mejor no, en vez de llamar por teléfono tocan el timbre y la chica va a abrir y se encuentra con un tipo alto y musculoso, con un traje cruzado y zapatos marrones bien lustrados. - ¿Y entonces? ... - Y entonces qué se yo! La tipa que arregla las flores a su vez está escri- biendo sobre otra tipa que también tiene una mucama con uniforme que viene con el Movicom, o con la noticia del tiembre según sea el caso. - ¿Y te parece que esta bazofia puede llegar a ser un cuento? - Un cuento hecho y derecho no, pero aunque sea una especie de prosa literaria, o algún escrito suelto digno de ser mostrado, leído y guardado. - Un escrito suelto no, porque pensás incluírlo en el libro de cuentos cortos. - Aunque más no sea como relleno, ¿le ves algo de malo? -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 3 - No, para nada, en los más mínimo. -La joda es que tiene que estar medianamente terminado antes de que la nena vuelva a llamar desde París para contar que Gastón y Martín ya empezaron las clases y que todo está okey como dice ella. - ¿Y por qué el apuro? - Por nada. Mejor dicho, es una apuesta, una auto apuesta que me hago a mí misma antes de que Lali con el llamado me vuelva a fastidiar con lo del libro. - Si vos lo decís ... ¿Pero era una novela, un cuento o todo un libro de cuentos? - No sé, todavía lo tengo que decidir. - Teléfono para usted señora, un tal doctor Benítez, dice que sí o sí quiere hablar con usted. - Decile sí o sí que no estoy - A ver si voy a tener tiempo de atender a cualquier boludo que se le ocurre llamar a esta hora. - ¿Y que tiene de malo esta hora? - De malo nada, pero es justo el momento en que estoy pensando en la novela y en Lali y en los mellizos pronunciando todavía mal el francés en ese colegio caro de París, además está por llegar el chico del vivero con las plantas que compré y tengo que ir haciendo lugar en los maceteros. - Ah. Analía Zygier --- Terminate 1.41+ * Origin: (4:900/109.3) = POESIA ======================================================== POESIA = From : Federico Joselevich 4:900/109 Subj : Performance de la Estupidez ========================================================================== Federico Joselevich, nacido el 23 de diciembre de 1972; operador del BBS Cultural Carreteras del Viento (perdón por el chivo); veterano de tres años de antigüedad en las redes de mensajería electrónica; coordinador de Fidonet Argentina desde noviembre de 1992 hasta noviembre de 1993; según los medios: pelirrojo, menudo e inquieto; según el folklore telemático: "...el escribe, describe, hace y deshace, un tanto dicotómico, pero buen tipo (aunque habría que ver sus circunstancias)..."; también conocido como Fedelevich, Peperico, Pepelevich y demás. Performance de la estupidez =========================== 1. Uh, uh, uh! esta noche me trata mal si hubieses tenido la cordura... pero mi ilusión te enloqueció "¡que loco!", diría uno, "¡la locura la perdió!" pero sucias ensoñaciones te deseo -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 4 por haberte escondido en tu cordura y haber encordado una soga sintética alrededor de mi cuello ¡Y yo, iluso, que te creía tejedora de ensueños! sólo tejías mi eterna horca la de siempre la que todas las veces me mató y me seguirá matando ¿Que pecado habrá cometido mi ser? ¿ser pecador? ¿pescador? ¿pescador pescado? Cuantas veces he muerto, mujercita, por la misma soga la misma que vos me tejiste y de la que tiraste hoy (y mi cuerpo se revoloteó por un segundo) ese segundo de espasmos, eterno ese amargo sabor tan conocido esa derrota, tan rota como no lo está la soga Un sinfín de cigarrillos me atraviezan los pulmones minuto a minuto intentando que, tu recuerdo, no sea una lágrima más en mis cicatrices internas Pero, ¿cabe esperar otra cosa? ¿es que preguntaré eternamente? Nadie puede quitarme mis una semana por dos del infinito Nadie puede, ni aunque quiera matar el recuerdo de que no fui yo quien tendió la soga en mi cuello de que sí fui yo quien construyó un Honorable Castillito de Cristal Bellos Castillos, Ilusos Castillos, Ingenuos, Amargos, Inútiles Castillos, para que los pueblen Reinas (o consortes) para que los llenen de Ruido y Polvo pero se hacen añicos contra el Duro Suelo Pensar a la realidad como un suelo al suelo, como ese lugar donde la suela suele asolar Quien me dice que no estoy pagando mi bruto tributo a un conjunto de almas que no soportan los Castillos de Cristal Un Bruto y Angustiante Tributo -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 5 de Lágrimas y Pesar de Páginas, Páginas, Páginas de esperar sin sanar desangrar sin siquiera afanar una sonrisa (risa del alma) Mis dedos cautelosos recorren este mundo estéril. ¿Es que he de pagar un eterno tributo? ¿Quien es el maligno ser que impuso un impuesto tan importante a mi no-impersonal existencia? Ciencia del ser ser, no ser, "No sé", dirías vos y te quedarías como estúpida escuchando mi inútil súplica del otro lado de la línea (una línea es el camino más corto entre dos puntos) (o el más largo) 2. Estúpida has de ser para tener que retener tu conciencia ¿tu conciencia? no, mujercita, no tu conciencia no existe no existe para mí "Conciencia mí no existir" "Conciencia mí no, existir" "Conciencia mí, no existir" Conciencia, mí no existir ni para tí, ni para nadie al fin. 2a. Estúpido dolor y mi rostro se quiebra una y otra vez inútil y estúpido Incluso sería ridículo pensarte no-estúpida puesto que te estupidizaste te estupidicé y te irás con algún estúpido a creer en que eso es amor pero será una estúpida broma -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 6 3. Performance de la estupidez que termina estupidizando al más estúpido de nosotros mientras vos, estúpida, te reís estúpidamente para tus adentros y creés (tontamente) que un estúpido perdón bastará ¡que estupidez! y ni siquiera quisiste escucharme te dedicaste a un increíblemente inútil "No sé" Entonces, mandaré a la hoguera a tu insalubre insapiencia quemaré hasta la última letra de esas dos palabras crueles palabras ocultadoras amargas que estúpidamente me creen tan estúpido como para creerlas a ellas (creerte a vos) no, mujercita no creas que acabo de quemar tu estupidez --- * Origin: Carreteras del Viento (4:900/109.0) = POESIA ======================================================== POESIA = From : Federico Joselevich 4:900/109 Subj : Dolor con Nombre de Mujer ========================================================================== Dolor con Nombre de Mujer ========================= Tengo un dolor con nombre de mujer empieza -a veces-, como un escozor en la mejilla transmutándola en un tic insoportablemente vivo su imagen se proyecta en la parte posterior de mi pupila mi voz se quiebra mientras esta mujer sigue atravezándome con su recuerdo y se encarna en todas las mujeres del mundo y todas tienen su voz y sus pupilas y sus codos en donde yo mismo intento instalar un dolor para sentirme correspondido. --- * Origin: Carreteras del Viento (4:900/109.0) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 7 = CUENTOS ====================================================== CUENTOS = From : Diego Jäger 4:900/109.99 Subj : Vestida de Blanco ========================================================================== Diego Yäger es, quizás, el exponente (..) Vestida de blanco ================= Graciela contó la historia en dos pinceladas soberbias. Ojos suaves, labios delicados, su dulzura realzaba la crueldad de los hechos. Clarisa era una muchacha sencilla. "Piba de barrio" fue la expresión de Graciela. "Chica de su casa" dirían las viejas.  Es fácil imaginarla: rulos castaños ,ojos almendrados, curvas suaves Habrá sido la princesita de un padre amante, quizás también de un hermano mayor que la celaba y la cuidaba. Una dulce infancia de leche chocolatada, guardapolvo blanco con moño en la espalda y juegos en el patio de la abuela. La televisión ya no era novedad ( lo había sido cuando nació su hermano).Después una secundaria de carpetas prolijas, fotos de galanes con melenas y sonrisas, algún poema olvidable. El padre no quería que Clarisa trabajase, pero ella iba a ser independiente y para qué había terminado el liceo. En la oficina conoció a Carlos. Le costó poco deslumbrarse. Parecía que Carlos hubiera bajado de la televisión para enamorarla. Al principio ella aceptaba sus halagos con sonrisas tímidas. Modelo de recato, no confió a nadie sus fantasías con Carlos, que sabía seducir sin intimidar, acercarse sin invadir. La embriagaba el modo suave y perfumado del asedio. Y Clarisa fue "cabecita de novia" para la risa cariñosa del padre, "vivía en las nubes" para el hermano. El noviazgo se armó con prolijidad anacrónica. Brindis y anillos de compromiso para iniciar la dicha que llenó a Clarisa, y que pocos tienen la suerte de conocer. Desde el refugio de su familia lucía con inocencia el brillo de un novio codiciado por otras mujeres. Se sentía amada y protegida, sus ojitos "piba de barrio" brillaban cuando no dormían. Pusieron fecha de casamiento, la madre anunció que ella misma cosería el vestido de novia. Clarisa estaba orgullosa de poder llevar ese vestido blanco con la frente bien alta. Era una forma modesta de retribuir el cuidado y el respeto con que Carlos la había tratado durante los dulces años de noviazgo. Pocos casamientos tan alegres recuerda el barrio. Un evento preparado con tanta dedicación, esperado con tanto anhelo, no podía ser menos. Radiante en sus vapores de encaje blanco, la novia contagió energía a todos sus invitados, que bailaron hasta el amanecer. Y tras la boda llegó el embarazo, no menos acaramelado. Carlos dio al bebé sus grandes ojos verdes. Cuida bien a su mujer y su hijo, nunca se olvida de darles con la leche las pastillas de azt. Con sonrisa de doncella tierna, Graciela me sirvió una segunda taza de café. --- * Origin: Leve Retina (4:900/109.99) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 8 = CUENTOS ====================================================== CUENTOS = From : Juan Livingston 4:900/109.23 Subj : Bajo Tierra ========================================================================== Aún cuando pugne por decir, afirmar, aclarar y gritar que "Nada de lo que hice es representativo de mí", podemos destacar el hecho de que, en el período 1989/1993 fue "Redactor y editor irresponsable del boletín mensual Periodismo por Periodistas", entre otras labores realizadas (que prefiere no mencionar). Sin embargo, ahora nos deleita con cuestiones de alta índole como la que viene a continuación: Bajo tierra =========== Voy hacia mi muerte. Este es el viaje; estoy seguro. Estoy en un subte de la línea B. Hace frío y es de noche. Poca gente viaja conmigo. Cada persona tiene una cara diferente. Todos permanecen en silencio, como si respetaran la cercanía de mi final. Cada uno de los pasajeros está ocultando algo. Todos saben que moriré, pero nadie se atreve a decirme nada -como no están seguros, temen que los tome por locos. Son cobardes. Quisiera agarrarlos a todos, uno por uno, y preguntarles por qué hacen lo que hacen, por qué miran lo que miran, por qué existen. Un señor juguetea con el cierre de su campera; más tarde llegará a su casa, donde lo estará esperando su mujer. A ella le contará lo que hizo en el día, aunque no le dirá que estuvo jugando con el cierre. Pero todavía no llegó, está viajando conmigo y a pesar de saberlo no lo sabe. Ahora estamos todos juntos. Compartimos la enorme complicidad de estar juntos: sabemos cómo somos cuando viajamos, aunque algunos -por supuesto- están fingiendo. El vagón está casi vacío, lo que hace que se note más nuestra presencia. Cuando hay mucha gente somos todos una masa, y nadie pensaría que cada uno tiene una vida propia. Pero ahora es distinto: nadie parece animarse a existir. Nadie quiere ser descubierto. Pero por sobre todo, están incómodos porque saben que yo voy a morir. Todos lo saben, absolutamente todos. Y están aterrorizados. Quisiera preguntarles por qué tienen miedo, si el que viaja hacia la muerte soy yo y para ellos quedan las demás estaciones. Hay un señor que no está solo -está con una mujer. Está tan cerca de su mujer como de los demás, pero a ella está unido por algo de historia, y tal vez también por una casa. El hombre habla, pero el sonido no llega hasta mí. La mujer responde, y yo sólo escucho sus gestos. Y no existen. Nadie existe, en realidad. Y dentro de poco yo también dejaré de existir. El tren se mueve y siento miedo. Puede descarrilarse. Pienso entonces cómo saldría la noticia por las radios al -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 9 día siguiente. ¿"Un subte se descarriló anoche, resultando heridos doce pasajeros"? No. No me gusta como queda. No, no puede ocurrir. Todo el mundo sabe que mañana no se escuchará esa noticia. Mañana se escucharán otras; algunas serán inesperadas, pero no saldrá al aire justamente ésta que acabo de inventar. Además, es muy difícil que salga una noticia que haya sido adivinada por uno de los protagonistas, a menos que la haya producido él mismo y a propósito. Así que no, no se va a descarrilar. De un pasajero se asoma una revista roja con letras negras. La revista está brotando de un gran bolsillo y apenas deja ver su título. Mientras tanto, el subte empieza a frenar. Yo, que todavía guardo un resto de miedo de hace un rato, clavo mis pies en el piso. Pero no es suficiente: algo parece arrancarme de mi asiento. Busco algo para aferrarme, pero entiendo que no hay tiempo para buscar; sólo veo las piernas de la mujer de al lado, y no sería apropiado tocárselas en un momento como éste. Pienso que tendría que haberlo hecho, porque ahora soy impulsado hacia adelante. A mi alrededor, a la gente parece ocurrirle lo mismo que a mí. Es todo una confusión que dura poco. En seguida siento que todos los fierros del tren se abalanzan sobre mí. Hay ruidos y gritos. Golpes y alaridos. Todo se rompe. Todo se sucede como un largo orgasmo morboso. Todo es un vértigo instantáneo que no parece tener final. La calma llegó cuando ya no la esperaba. Los desconocidos nos miramos avergonzados: habíamos participado todos juntos en un obsceno acto mortal. Despeinados, sangrando, buscábamos nuestras heridas para ocultarlas a los demás. Los muertos se desparramaban entre los caños, resignados -no podía haber héroes en medio de tanta vergüenza. Los sobrevivientes salimos sin mirarnos, conteniendo el llanto, y desaparecimos inmediatamente de nuestras vidas. Por mi parte, entendí que la muerte me espera en otro lado. En otro viaje. Juan --- * Origin: Rastansallo (4:900/109.23) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 10 = CUENTOS ====================================================== CUENTOS = From : Luz Pearson 4:900/109.8 Subj : Mentiras ========================================================================== Luz Pearson, personaje de por sí muy luminoso que dirige una revista zonal en la zona de Villa Crespo. Sus cuentos tienen el modo escupitajo (sic). Eterna olvidada en las menciones a los colaboradores en las penúltimas páginas de las Retinas Leves. También conocida como Luz. Por cierto, todos los mensajes que hemos leido de ella, han sido borrados antes de salir. Mentiras ======== Mentiras I Te engañé como a un padre, creyendo que al descubrirme me castigarías. Me gustaba imaginar la situación, vos sentado en el sillón y yo abriendo la puerta, tu silencio preludiando el desastre, mis lágrimas. Pero no pasó nada. Abrí la puerta y ya no estabas. Mentiras II No daba el teléfono. O lo daba mal, o decía que no tenía, o que estaba roto. No daba su nombre. Sofía, Josefina, o el de su tía, el de su abuela, o el que le iban a poner y después cambiaron de opinión. Nunca decía su edad. Ni dónde vivía, ni a dónde iba, ni su signo, ni su deporte, ni si le gustaban los perros o tal canción. Mentía. Mintió y mintió. Hasta que mentir fué una mentira y ya no existió. Mentiras III (¿Y nunca te pasó amanecer desorientado, como cuando estas de vacaciones, ni tu cuarto, ni tu almohada, ni vos; techo alto, ventanas de madera, brazos que no son tuyos ni de la que querías; cuando la carroza se vuelve zapallo, cuando hipotecas tu vida con tal de no estar donde estas?) -¿Por qué me mirás...en qué pensás? -Nada tonto...me pica la espalda... --- * Origin: Lo estoy pensando (4:900/109.8) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 11 = CUENTOS ====================================================== CUENTOS = From : Matias Giovannini 4:900/109.18 Subj : Consolación de la Virtud por el camino de la Paciencia ========================================================================== Matías Giovannini nació un caluroso el 30 de Enero de 1972 (o por lo menos eso le dijo mamá que lo tiró a la pileta a los veinte días). "Desde entonces -dice- no he hecho mucho, salvo que me agarro el berrinche de escribir". Interlocutor astuto e ilustrado asustóse cuando se dió cuenta de que Leve Retina realmente existía. Tambien conocido por los nombres de Giovatías, Mactías, McTías. Consolación de la Virtud por el camino de la Paciencia ====================================================== Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, llegóse a él una mujer con un frasco de alabastro lleno de perfume de subido precio, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús, que estaba puesto a la mesa. Como vieron esto los discípulos, lo llevaron pesadamente, diciendo: ¿A qué viene tal despilfarro? Porque podía esto haberse vendido a mucho precio y darse a los pobres. Advirtiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué importunáis a esta mujer? Pues obra buena es la que hizo conmigo. Mt. 26, 6-10 No necesita saber para guiarse hasta donde quiere llegar. Y llega, y Celia le abre la puerta, y él no entra. Se inmoviliza, apoyando el hombro contra el marco, mirándola desde debajo de sus cejas, desde detrás de su nariz. Celia sólo espera, empieza a zapatear con el pie izquierdo desnudo sobre el parqué. Picture yourself leaning against a doorcase, staring at a naked y sobre todo ahora, piensa alguno de los dos, Celia sigue esperando y parece no estar incómoda ahí, resollando calmamente, soportando sus starved stares escondidas bajo una máscara de cejas y nariz, todo él cejas, todo él mirada que desnudan lo imposible porque Celia está desnuda y no parece importarle, y él la sigue mirando leaning against the marco de la puerta como si recién hubiera llegado. Recién acaban de pasar unos segundos, recién acaba de entrar y cerrar la puerta a sus espaldas, Celia que da dos pasos hacia atrás para permitirle cerrar la puerta a sus espaldas y él que no se da vuelta, no deja de mirarla con lobuna expectancia, no deja de enviar miradas desde debajo de las cejas como manos lujuriosas que tratan de desnudar lo imposible. Él hubiera querido poder desnudarla, really, pero no puede. No por eso se pone frenético. Él hubiera adorado la sorpresa, pero no puede. No se pone frenético, no. Sólo mira y hambrea la mirada de Celia que sigue resollando, con la pesadez calma del deseo disparado en una dirección completamente tangente. Siempre tangente piensa Celia frunciendo el ceño, dándose vuelta, dándole la -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 12 espalda estrecha, mostrándole las nalgas blancas y redondas, caminando con gracia neréidea, yendo a la cocina. Siempre, ahora no, y se sonríe oblicuamente. No hace falta imaginar una noche fría para saber que él camina como si quisiera llegar rápido a un lugar seguro y abrigado. No hace falta imaginar una calle sórdida para saber que está ansioso por llegar. No hace falta imaginar la mordida del deseo en el hombro izquierdo, herida sangrante, un blando diente circular, para entender por qué se espera lo que en realidad no se tiene. Por eso es que él está un sábado de fines de Octubre a las dos de la tarde persiguiendo un rastro incierto por Facultad de Medicina. Sube por Charcas, dobla en Ecuador. Antes de cruzar Anchorena para en un quiosco. Siguiendo por Juncal, entre que abre el atado, saca uno y lo prende casi llega a Agüero y dobla a la izquierda. Antes, la impostura perfecta del vaquero urbano de clase alta. Ahora, disfrazado de ciudadano de forma tan convincente. El portero dormita, él no hace ruido, el ascensor para en el octavo. D, ring. Maybe in the next life está cantando hacia adentro y la puerta se abre y un aura de sol le nubla la vista y nimba a Celia que parece Venus saliendo de una concha, gigantesca ella, la concha, su desnudez, su hombro contra el marco de la puerta, los anteojos que cuelgan de su boca atrapados por la patilla entre los dientes, la mirada céjica y narícica y la mordida en el hombro que le instila un veneno dulce, profundo como un zumbido eléctrico en una estación del subterráneo B, bajando lento por sus arterias hasta llegar al punto al que tiene que llegar, obligándolo a disimular usando la interposición calculada, desesperada, de las cejas, la nariz y una mirada de esfinge mintiendo en medio del acertijo mientras que el tiempo leaning against a doorcase, melaza crónica que se condensa en gotas azules rezumando luz sobre su hombro dolorido, sobre el cuerpo de Celia, y lo insoportablemente lento de la escena es que no choca el hecho de estar así, leaning against one each other desnuda la una vestido el otro esperando los dos el tiempo congelado jaque la reina avanza el rey se escabulle y la puerta se cierra a sus espaldas y todo esto sin diálogo, sin decirse una palabra. O más bien sí, como en unas películas mudas carteles giran sobre sus cabezas representando las palabras que podrían estar diciéndose. Y Celia está, sí, envuelta en un áura solar, con una corona de espigas de luz que tiñen de rubio su pelo negro, con un marco de oro para su cara pálida y redonda, con una pátina de purpurina nueva para sus pechos minúsculos y de pezones redondos y claros como monedas de cincuenta centavos, con vergas de fuego que juegan entre sus piernas y relucen enroscándose en el vello de su pubis. Y esa luz que baila a su alrededor, ese resplandor de primavera saludando a la diosa es un hálito feraz que hubiera despertado la lubricidad de un muerto. Él no está muerto. Celia baila inmóvil, sus brazos amplificados por la reflexión de la luz de sol en los anteojos que cuelgan de su boca, mirándolo con la vagina húmeda de luz de sol, la vagina que apunta directo a sus ojos y se le mete en la nariz y se le enreda entre las cejas y él sigue ahí, leaning against the timecase y ya no le queda nada que pueda interponer entre él y la vagina de Celia y la herida en su hombro que se levanta como una pústula carmesí, una rosa lujuriosa que vuelve a morderlo, una y otra vez como si con una sola mordida no hubiera bastado, como si no estuviera del todo envenenado, como si todavía pudiera soportar un rato más as he leans against the closed door -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 13 y resuella con el pánico desesperado del resuello del toro a punto de ser rematado, y Celia que con una verónica de su capa de luz de sol se da media vuelta y se va danzando con pasos desnudos hasta la cocina, y las palabras que no se dijeron, y él súbitamente tiene demasiado calor, y la frente se le cubre de un sudor nervioso que no es otra cosa que la fiebre causada por el veneno que tiene en la sangre. A sus amigos no les parecía lo suficientemente hombre. Tenía ese aire vagamente afeminado de los hijos únicos que sufren madres sobreprotectoras. Para la vida pública se disfrazaba de moda, negro riguroso, lentes opacas que brillaban bajo el neón de los lugares obligados de Cabildo, Libertador o Barrio Norte. En la intimidad se liberaba. Alguna vez le habrá confesado a alguien estar enamorado. Alguna vez ese alguien le habrá dicho que estaba loco, o que siguiera adelante, o que no se preocupara. Alguna otra vez habrá decidido enamorarse en la forma menos conveniente, quizás de una mujer demasiado parecida a su madre, quizás de un hombre demasiado parecido a él. Pero la mayor parte del tiempo decide no tener problemas, indiferente a las sospechas de unos y a la certeza de otros pocos. Celia era una entre los pocos, sabía y no le importaba. Con intensidad desesperada tejía redes inútiles tratando de cazarlo, sabiendo que podía lograrlo. Él se libraba siempre con la estrategia más simple, con los movimientos más económicos. Celia insistía, sabiendo que no faltaba mucho. Él no, él nunca, él siempre zafaba. Por eso, en el instante que duró su medio giro, Celia se dio cuenta de que ésta era su última jugada, que no le quedaban más oportunidades. Celia calculó a la velocidad de la circuitería electrónica el costo de esta puesta en escena. Era un todo contra todo, un todo o nada, apuesto todo al veintisiete. Quiero su veintisiete, ahora. Y se daba la media vuelta queriendo dar la vuelta entera para poder ver. Para corroborar que había ganado. Él no podía ocultarlo más. Es falso decir que la tensión aumentaba, desde el principio la estasis había puesto a prueba sus nervios pero de alguna manera se las ingeniaba para mantener un pedazo de su mente en otra parte. Se imaginaba a sí mismo contándole la experiencia a un amigo, desde una perspectiva post-coito. Se imaginaba a sí mismo hablando con voz afiebrada, usando por primera vez con propiedad el lunfardo. Te acordás de cuando ella se hacía la mosquita muerta. Claro, en esa época tenía con quien mandarse la parte. Y lo peor de todo es que yo le daba bola. Y el otro sonriendo, no pudiendo distinguir el mito de la leyenda. Y pasó que me llamó y a mí me pareció que estaba todo bien, que era como cualquier otra vez. Después de todo éramos amigos. Pensé que me quería contar algún drama con el pibe ése del laburo. No, un flaco que me dijo que la tenía loca. No queriendo distinguir. Te acordás, yo te conté. No, un par de veces me hizo algún avance pero yo la ubiqué. Éramos amigos, después de todo. Pero me abrió la puerta y estaba, bueno, en bolas y a mí se me subió a la cabeza. No distinguiendo. Mejor dicho a la cabeza de la, y ahí la carcajada. Vos nunca hablaste así, qué te pasó. Te acordás. Lo que pasa es que, bueno, estas cosas hay que decirlas sin vueltas. Se imaginaba a sí mismo hablándose en la oscuridad de alguna disco, un trago fuerte en la mano y otros tres adentro, mirando pasar sentado el desfile. No -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 14 sabías, no podías saberlo. Vos no tenés la culpa. Una mina que se acaricia el pelo delante suyo y que de manera ostensible lo mira de arriba abajo. Después de todo, lo disfrutaste, o no. Dale, admití que te gustó. Un tipo, esta vez muy directo. Vos creías que no te iba a gustar, y todo este tiempo te estuviste perdiendo la oportunidad de probar. El tipo que insiste, y la violencia de tener que decir que no en el futuro. Pero no, no estaba ni solo ni con un amigo, no estaba en un bar, ni en nunguna otra parte salvo ahí leaning against her con un metro, y aumentando, de distancia llena de luz de sol. Estaba acá, queriendo abrir de un manotazo la prisión de su deseo contenido a sólo un cierre, y disminuyendo, de distancia de Celia que terminaba de dar la media vuelta sabiendo que esta vez sí, que se había jugado todo y le había salido. Como un estallido le vuelve un recuerdo vívido. Once años, jugando en la casa de sus abuelos en Belgrano. Una casa grande con jardín enorme, el sol de la tarde de verano, corriendo entre los jazmines. Corre a su prima, y desde atrás la toma de los hombros y la tumba, cayendo sobre ella. Una sensación nueva, su entrepierna sobre el culito redondo de la nena endureciéndose espasmódicamente, despertándose entre bostezos y empujones, movida por voluntad propia, su primera erección. Desde entonces, ella lo persigue en sueños y él se despierta pegado a la cama. Otro estallido. Segundo año del Nacional, fumando a escondidas en el baño en medio de una rateada con un compañero Szajtman, él le pregunta qué se siente ser judío, el otro le responde que tener vergüenza cada vez que mea con alguien al lado. Él le pregunta por qué, el otro le muestra. Y entonces esa circuncisión es revelación e ícono, y entonces no puede reprimir el impulso de tocar ese glande pálido, y no se reprime. El otro no lo evita, el otro no lo esquiva, lo deja hacer. Él toca, y siente el pene del otro que crece, desnudo entre sus dedos. Todavía en el recuerdo se da cuenta de que en ese momento supo exactamente qué era lo que tenía que hacer. Que en ese momento no dudó. En el recuerdo, toma conciencia de que en ese preciso instante fue que perdió lo poco que le quedaba de inocencia, sin recibir nada a cambio, y que desde entonces está vacío de toda fantasía. Ahora, la memoria se confunde con el presente, y Celia siente el ruido y sonríe, de espaldas al ziiiiiip que se mezcla con un jadeo reprimido durante largos segundos. Luz de sol que ilumina el cuerpo de Celia como si fuera jade translúcido. Celia de espaldas a él sabiendo que acaba de cerrar la trampa. Luz de sol que congela el tiempo. Still photo. Celia leaning against the sunlight as he touches his zipper open. Celia dando un paso vacilante en la dirección contraria. Celia acercándose a la cocina y sin poder ofrecerle nada porque no quiere, por inútil, porque lo único que el otro aceptará será a ella. Celia poniendo distancia sin poder decirle nada porque no puede, por igualmente innecesario, porque el otro no necesita oir nada, porque alea jacta est et vestes rejectae*. Se detiene en medio del último paso sintiendo que se acaba de destapar su frasco de alabastro y se esparce un perfume denso que enturbia el aire al mezclarse con la luz de sol, olor de amapola compitiendo con oro nuevo, envolviéndola en arcos ascendentes de espuma de luz y de almizcle. Se detiene y ya no puede completar el acto sugerido en ese último medio paso, y -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 15 ya no tiene más remedio que completar la media vuelta y mirar hasta lo más profundo de su propio deseo, sin que haya ceja que se interponga, ni nariz, ni cierre alguno. La media vuelta postergada se completa y con el movimiento la atmósfera que la envuelve cobra impulso propio y se proyecta hacia él como queriendo escapar a través de la puerta cerrada al mismo tiempo que la mirada de Celia animada también ella por su propio deseo se dirige hacia el punto exacto en el que teme que todavía haya una barrera que ya no está y que descubre con su ausencia el verdadero esplendor que vuelve fructífera la espera. *La suerte está echada y la ropa tirada a un costado [N. del A.] --- * Origin: ? (4:900/109.18) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 16 = GOLOSINAS ================================================== GOLOSINAS = From : Leve Retina 4:900/109 Subj : ========================================================================== -¿Quisiera usted decirme qué camino debo tomar para irme de aquí? -Eso depende, en mucho, del lugar a donde quiera ir -respondió el Gato. -No me preocupa mayormente el lugar... - dijo Alicia. -En tal caso, poco importa el camino -declaró el Gato. -...con tal de llegar a alguna parte -añadió Alicia, a modo de explicación. -¡Oh! -dijo el Gato-: puede usted estar segura de llegar, con tal de que camine durante un tiempo bastante largo. LEWIS CARROL (Alicia en el país de las maravillas) = PUBLICIDAD ================================================ PUBLICIDAD = Primero fue la luz... Nro.1: El surrealismo y Dalí después Henry Miller filosófico EL ENCENDEDOR Bob Dylan, inédito en español -revista de cultura- etc. Nro.2: Dossier: Cine, Historia y Política Homenaje a Rimbaud Búsquela en su Kiosko Claves para sobrevivir a la posmodernidad etc. Si usted, al igual que El Encendedor, desea publicitar en Leve Retina, comuníquese con nosotros por Fax o Modem al 544-6241, por E-Mail a Leve-Retina@appeal.uba.ar y por Fidonet a 4:900/109.99 ========================================================================== = CARTAS_DE_LECTORES (4:900/109.99) ================== CARTAS_DE_LECTORES = De : Hernan Julio Cesar Pelliza 4:900/543.1 Sat 01 Oct 94 02:36 A : Leve retina 4:900/109.99 Subj : Msg all equipo =========================================================================== Hola a TODO el equipo de Leve retina... Leí recién los tres numeros que hasta la fecha circulan, gracias a la generosa actitud de Analia Zygler. Aunque mi opinión no vale mucho, por si les interesa a los fines estadisticos, en la columna correspondiente a Dinos Acentofagos ,anotenmé con un "Le gustó"... Nos leemos,sufridores -=(HJCP)=- --- El Point de Dino * Origin: Dino Point - Jurassick Point '''',,,()----***..;; (4:900/543.1) -------------------------------------------------------------------------- Leve Retina Nº 4 Pag. 17 = STAFF ======================================================== STAFF = (en el presente número) Editor irresponsable: Federico Joselevich (4:900/109.0 y fjoselevich@appeal.uba.ar) Entrevistas, comentarios, respuestas, ayudas, notas, as, s. Marcelo Alonso (4:901/102.4) Matias Giovannini (4:901/335.2, 4:900/109.18 y mgiovannini@script.org.ar) Juan Livingston (4:900/120.23 y 4:900/109.23) Federico Novick (4:900/121.29) Analía Zygier (4:900/109.3) Colaboraron en este número Luz Pearson (4:900/109.8) Diego Jäger (*) (*) No tiene o no fue suministrada su dirección de red. 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